Los techos de los autobuses sirven para este objetivo ecológico.
Singapur ha logrado un cambio significativo en la mentalidad de sus habitantes. La ciudad Jardín ha llegado a ser considerada un modelo a seguir cuando se habla de un estilo de vida ecológico y sostenible. Sus habitantes están haciendo un esfuerzo consciente para ampliar los límites de la vegetación en toda la extensión del urbanismo.
Para esto a los autobuses se les vistió con jardines que serán exhibidos en la parte alta del mismo. Dichos jardines son muy gratos a la vista, y causan un buen efecto para el aire que se respira en la urbe.
En la ciudad asiática se puede observar una gran variedad de flores y plantas, no solo en parques y espacios abiertos, sino también en edificios. No es raro ver las terrazas adornadas con vegetación.
GWS Living Art fue la compañía pionera en la colocación de estos jardines rodantes, cuya composición es básicamente flora autóctona. Sin embargo, poco se esperaba que además de mejorar la calidad del aire, también le permitiría al vehículo la disminución de la temperatura interior.
Al comprobarse que la temperatura de los vehículos con esta vegetación aérea disminuye de forma significativa, esto tendría un impacto positivo además para el ahorro en el consumo de combustible, ya que se podría dejar de usar aire acondicionado en algunas horas del día. Con esto, se sumaría una ventaja no contemplada, es decir, la reducción de emisiones de gases contaminantes a la atmósfera.
Con la implementación de estos jardines rodantes, la conservación de otras especies está garantizada, sobre todo la existencia de los polinizadores.
El agua que se evapora de las plantas de los jardines, sea cual sea su ubicación favorece la absorción del calor. Sin embargo, es vital establecer donde se da mejor dicho proceso, si en edificaciones o en buses con techos verdes.
El hecho de que en la actualidad a Singapur se le conozca por ser ciudad jardín, no es producto de la casualidad, sino de superar los obstáculos que muchas veces se imponen ante iniciativas como las aquí mencionadas.
En los Países Bajos también se aspira mejorar la calidad de vida de sus habitantes. Para esto se utiliza la planta Sedum como alfombra de los techos de las distintas paradas de bus. Lo mismo ocurre en París, ya que en los alrededores del río Sena, está proyectado aumentar la cantidad de áreas verdes.
Colocar vegetación en sitios poco convencionales es una buena forma de revertir la contaminación y contribuir a mejorar el aire que circula en las metrópolis como Londres, donde ya se están observando estos singulares jardines rodantes.